Religión o relación
2023-07-21
1. Oración inicial
«Padre celestial, no quiero basar mi experiencia contigo siguiendo religiones, sino experimentar realmente tu amor en mi vida manteniendo una relación real, íntima y viva junto a ti y con tu palabra. Quiero caer rendido a tus brazos y saber qué significa amarte. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“…en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”, Efesios: 1, 5-7.
3. Reflexiona
Muchas personas no disfrutan de su relación con Dios porque se pasan la vida intentando ser lo suficientemente buenos para merecer las bendiciones del Señor tratando desesperadamente de seguir reglas y normas para sentir aceptación, perdón y amor, es decir, en lugar de tener una verdadera relación con Dios, practican una vana religión.
Comprender que nuestro Padre Dios nos amó con un amor tan insuperablemente grande como para enviar a su Único Hijo Jesús, en sacrificio requerido para pagar nuestros pecados a fin de presentarnos santos y sin mancha delante de Él, mediante su sangre y sin nosotros merecerlo. Esto nos debería llevar a la total humillación, entendiendo que el amor de Dios por nosotros no se basa en lo que hagamos o dejemos de hacer, sino en lo que Cristo ya hizo y por tanto lo único que se nos demanda es creer en su obra y aceptar lo que Él nos ha otorgado.
Una vez nos despojemos del orgullo y la soberbia de querer alcanzar a Dios por nuestros propios medios y recibamos con manos abiertas y brazos extendidos su amor que es en Cristo, sucede un verdadero milagro: nuestro nuevo nacimiento y con este la llenura del Espíritu Santo que nos capacita con un poder sobrenatural (el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos) para que podamos amar a Dios y tener una relación personal e íntima con el Todopoderoso.
Cuando seamos libres de legalismos y vanas religiones, tendremos plena libertad de acercarnos a Dios, no para que nos acepte (porque ya somos aceptos), no para agradarle (porque ya le agradamos, somos sus hijos), sino para conocerle, amarle y entregarle todo nuestro ser en agradecimiento y alabanza por su perfecto amor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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