La oración. Parte 4
2023-05-11
1. Oración inicial
«Gracias Señor Jesús por enseñarnos a orar y por recordarnos la importancia de tener una comunicación diaria contigo; porque, cuando lo practicamos, podemos experimentar el resultado de lo que significa mantenernos en comunión diaria contigo, pues es un alivio para nuestra alma, el consuelo para nuestras vidas y el aceite para nuestras heridas, amén. «
2. Lee la palabra de Dios
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” Mateo 6:9-13
3. Reflexiona
Qué bendición es escuchar, de la boca de Jesús, la manera en la que nuestras oraciones deben estar enfocadas, pues sin Él ¿qué podríamos pedir como conviene? (Romanos 8:26).
Haciendo este devocional recordé que en mi iglesia, sobre el atril, se encontraba un papelito en el que había un pequeño acróstico que nos recordaba la manera práctica en la que debíamos orar antes de dar inicio al culto del día; este acróstico incluía la palabra CASA y meditando en el pasaje principal el Señor me llevaba no solo a recordarlo, sino también a explicarlo de manera sencilla a través de este devocional, para que juntos aprendamos a orar de forma efectiva así como Cristo nos enseñó.
La primera letra que encontramos en este acróstico es la “C” y ella nos recuerda que en toda oración es importante iniciar confesando nuestros pecados; pues, como nos enseña la palabra en Isaías 1:18, debemos acercarnos a Él en humildad y ponernos a cuentas con Dios, ya que muchas veces no solo pecamos con nuestros pensamientos, palabras, actos, sino también por omisión con cosas que Dios nos ha enviado a hacer y por desconocimiento o por voluntad propia no hemos querido obedecer; pero lo importante no está solo en la confesión, sino también en apropiarnos de una gran verdad que el Señor nos revela: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9).
La segunda letra es la “A” y esto nos manifiesta que en toda oración debe haber una adoración a Dios, así como lo enseñó Jesús cuando expresó: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”; qué hermoso es incluir en la oración palabras de adoración a Dios, exaltando lo que Él es, su carácter, pero también recordando lo que Él hace; y es que el Señor es digno de recibir toda alabanza, por eso cuando le adoramos cumplimos lo que nos dice su palabra: “Todo lo que respira alabe a Jehová” (Salmos 150:6).
La tercera letra que encontramos es la “S”, la cual nos habla de súplica, pues el Señor también anhela que nos acerquemos confiadamente ante Él y dejemos en su altar nuestras peticiones, recordando que: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6). Y esta súplica es importante acompañarla con acción de gracias, que es a lo que nos lleva la última letra “A” de nuestro acróstico; Jesús nos recuerda que aunque tenemos la bendición de pedirle a Dios por nuestras necesidades, es importante darle gracias a Dios, no solo por su respuesta, sino también porque siempre nos escucha: “Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes;” (Juan 11:41b-42a)
¡Gracias Señor Jesús por permitirnos conocer estos 4 elementos claves para tener oraciones efectivas!
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn