El amor del Espíritu
2023-03-26
1. Oración inicial
«Padre, tu amor revelado y derramado en mi corazón a través de tu Hijo y tu Espíritu, reconfortan mi ser; gracias por amarme tanto; gracias por llenarme en todo. Oro para que tu gracia sea dada a los demás a través de mi vida, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” Romanos 8:14.
“y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” Romanos 5:5.
3. Reflexiona
Hemos visto en los anteriores devocionales el amor del Padre como un amor protector, proveedor y amoroso, con la impactante revelación de que este amor es amoroso porque como Padre bueno nos disciplina con amor, para nuestro bien. Hemos también aprendido que el amor del Hijo es un amor sacrificial, fiel, entregado, pero sobre todo es un amor en acción que es descrito de manera maravillosa en 1 Corintios 13:4-7, “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, sí, el Hijo lo soportó todo por amor a nosotros, ¡qué profunda y real demostración de amor!
Y hoy entendemos que el amor del Espíritu Santo es un amor cercano, íntimo y personal. Es decir, todo el que cree en Cristo, en su obra de amor en la cruz, es derramado en su corazón el mismo amor del Padre por el Espíritu Santo. Un amor de ayuda, de compañerismo y un amor que siempre está aún en los momentos de debilidad, pues como dice la Escritura “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26).
Podemos concluir que el amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo es la revelación del amor en todas sus dimensiones de la multiforme gracia de Dios, que ahora tenemos a nuestra disposición, para ser llenos de toda su plenitud y que estamos llamados a administrar dándola sin reservas a los demás (1 Pedro 4:10).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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