Corazón de navidad. Parte 2
2022-12-21
1. Oración inicial
«Padre Dios, permíteme tener un corazón humilde como el de tu Hijo Jesús, quien no escatimó el ser igual a Dios como algo a que aferrarse, sino más bien al despojarse de sí mismo nos dejó su ejemplo para imitarlo; que tu Santo Espíritu me ayude a despojarme de mi antiguo corazón, es decir, de mi pasada manera de vivir y con su poder me ayude a vivir con el nuevo corazón que tú me has dado, y así, al igual que María pueda decirte: he aquí a tu siervo, hágase conmigo conforme a tu voluntad, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.” Lucas 1:38
3. Reflexiona
La virgen María había hallado gracia, es decir, había obtenido el favor inmerecido de Dios, para ser la madre del Salvador, este gran propósito le fue anunciado por medio del ángel Gabriel (Lucas 1:28-35). Ante semejante anuncio del ángel, María en un acto de humildad a Dios se muestra como una sierva del Señor, es decir, muestra su rendición y sumisión a la voluntad del Todopoderoso, diciendo que se hiciera con ella conforme a la palabra dicha (Lucas 1:38).
Esta cualidad observada en María es fundamental para el crecimiento espiritual del creyente, como dice Filipenses 2:5-8 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”, pero también es primordial para que aquellas mujeres que están casadas puedan desarrollar su rol dentro de la familia de acuerdo a la voluntad de Dios, tal y como exhorta Efesios 5:22-24. “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
Hoy, pidamos a Dios ayuda para desarrollar un corazón de navidad, es decir un corazón humilde, que esté dispuesto al igual que el de María, a permitir que el Hijo de Dios viva en nosotros, ahora ya no en la forma de un bebe en el vientre, sino a través de su Santo Espíritu, en nuestro corazón.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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