Mi poeta
2022-07-03
1. Oración inicial
«Señor Jesús, tus palabras son siempre como un poema a mi alma, me levantas, me perdonas, me limpias. Y aunque no merezco ni una sola gota de tu amor lo recibo y te pido que me ayudes a corresponderte, deseo que mi vida sea un cántico de alabanza a tu nombre y motivo de tu contentamiento. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha”, Cantares 4:7.
“Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento”, Cantares 7:10.
3. Reflexiona
El libro El cantar de los Cantares, como lo habíamos dicho en el devocional previo, es un poema sublime al amor verdadero entre un esposo (un pastorcillo) y su esposa (la sulamita). Esta historia de amor se ve empañada por un tercer personaje: el rey Salomón, que trata a toda costa de conquistar el corazón de ella y la lleva cautiva a sus palacios, separándola de su amado y prometiéndole riquezas, fama y poder. Esta mujer que tiene muy claro que el pastorcillo es “al que ama su alma” (Cantares 3: 1-3), no se deja seducir por los deseos de la carne, ni de los ojos, ni por la vanagloria de la vida que le ofrece el rey, sino que permanece firme esperando y deseando su reencuentro con el hombre que le había robado su corazón para siempre y con quien había comprendido y experimentado las delicias del amor verdadero: un amor que todo lo espera, que todo lo puede y que todo lo soporta.
Jesucristo es ese pastorcillo que robó nuestro corazón y nos demostró que estaba dispuesto a todo por nosotros, nos dio nada menos que su vida. Su muerte en la cruz redimió (pagó) nuestros pecados pasados, presentes y futuros y su resurrección nos dio una nueva naturaleza donde a pesar que nos seguimos equivocando porque somos humanos, nos duele el pecado y por eso nos arrepentimos y volvemos a Dios cuantas veces sea necesario.
El rey Salomón que representa el sistema de valores de este mundo, tratará a toda costa de robar nuestra alma y corazón, por eso ceder NO es una opción, como no lo fue para la sulamita.
Nuestro prometido: JESUCRISTO, el amado de nuestra alma, viene pronto por nosotros, preparémonos para su venida. Que nuestra vida sea un poema de amor para Él.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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