¿Somos grato olor de Cristo?
2022-06-16
1. Oración inicial
«Señor, nos has dado una gran responsabilidad en el mundo y es llevar las buenas nuevas a todos los que nos rodean, pero debemos ser un testimonio vivo del amor de Cristo, ya que el destino de otros es un asunto serio y somos pieza importante para que ellos tomen la mejor decisión. Señor, que seamos grato olor de Cristo, para que muchos sean salvos.»
2. Lee la palabra de Dios
«Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo», 2 Corintios 2: 14-17
3. Reflexiona
Todos los cristianos deberíamos ser reconocidos por usar la fragancia de Cristo, ese perfume no se puede comprar en una vitrina de cosméticos, ni siquiera se puede embotellar y vender en las iglesias, esta fragancia surge solamente de nuestra comunión íntima, personal y continua con Cristo. Esta debe desprender una influencia sobre los demás, de tal manera, que si alguien se cruza con nosotros le dejemos una grata impresión; de modo que si andamos con Cristo los demás sientan su presencia en nosotros. Nuestra suficiencia y capacidad, viene sólo de Cristo, por eso es necesario que mengüemos para que Él crezca. Llevemos una vida devocional consistente, llenándonos cada día de su Santo Espíritu, entregándole lo que somos, para que nos transforme en instrumentos de bendición.
La salvación de Jesús debe ser como un perfume derramado en todo lugar a través de cada uno de nosotros. Lastimosamente para algunos el evangelio es olor de muerte, ya que lo rechazan. Para otros, el evangelio es un olor de vida cuando lo aceptan. La obra del Señor es grande, y no tenemos fuerza en nosotros mismos en absoluto; toda nuestra suficiencia viene de Dios. Crezcamos en Él y cuidemos nuestro testimonio llenando nuestro corazón de su amor y gracia, para que compartir el evangelio sea algo sincero que lleve a otros a seguirle con confianza. ¿Qué olor estamos esparciendo a nuestro alrededor?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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