Santificando a Dios con mi conducta
2022-02-10
1. Oración inicial
«Amado Jesús lléname de tu amor y gracia para contestar con amabilidad y de manera respetuosa a aquellos que me pregunten de mi fe, de mi estilo de vida o de mi perspectiva cristiana, quiero tu carácter Jesús para que a través de mi vida puedan ver esperanza en ti. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” 1 Pedro 3:15
“De cierto, de cierto os digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. Juan 12:24
3. Reflexiona
¿Cómo confrontamos a las personas cuando demandan razón de nuestra fe?
El Señor nos dice en su palabra que si queremos santificar su nombre debemos acercarnos con mansedumbre y reverencia ante toda persona que pida razón de nuestra fe. En otras palabras, no caer en la trampa del odio y el insulto, incitando conflictos personales en contra de todos aquellos que piensan diferente a nosotros.
Y también, debemos morir a nosotros mismos para que sea Cristo con su Santo Espíritu quien se manifieste a través de nosotros, y no nuestra carne y nuestro ego.
Nuestra posición como cristianos debe ser como la de Cristo que no discutía, pues podía sentarse a la mesa de igual manera con fariseos, zelotes, publicanos, prostitutas, etc., porque entendía que el problema no eran ellos, los veía desamparados y sin Dios, y les hablaba con gracia y verdad para regresarlos al Padre. Es vital la gracia ya que no podemos atraer al amor de Cristo a alguien al que le hemos faltado al respeto o que hemos insultado de frente o a través de las redes sociales, por sus opiniones diferentes.
Recordemos lo que dice Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Nuestra lucha no es contra personas sino contra principados y potestades del sistema de este mundo, que tiene cautivos los corazones y las mentes con el engaño de filosofías y mentiras, haciéndole creer a los seres humanos que no necesitan de Dios.
Santificamos a Dios ante los demás, cuando nuestra conducta los invita a glorificar al Padre, por eso tenemos que ser buen testimonio y luz para ellos. Mateo 5:16 dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. ¿Estamos preparados para decirle con amor a otros lo que Cristo ha hecho en nosotros?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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