Avivando nuestra vida espiritual. Parte 2
2022-02-07
1. Oración inicial
«Señor misericordioso, gracias por tu amor incondicional, porque nunca te cansas de mí, sino que me animas con tu Santo Espíritu a continuar, no importa lo difícil que sea el camino, quiero permanecer firme y constante creciendo en tu obra y agradarte haciendo todo para tu gloria y honra, porque sé que tú tienes la recompensa aquí y en la eternidad. En Cristo Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”. Hageo 2:4-9
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1 Corintios 15:58
3. Reflexiona
Ayer decíamos que hay tres problemas que el profeta Hageo plantea, comunes a todos los seres humanos y vimos el primero que es el desinterés. Hoy veremos el segundo problema que es el desaliento. En el pueblo de Israel algunas personas mayores que habían retornado del exilio, habían visto el templo de Salomón cuando eran niños y recordaban su esplendor y gloria, como nos lo dice Hageo 2:3 “¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?”.
Esto, los llenó de desánimo e influenciaron negativamente a los más jóvenes, y la obra de reconstrucción del templo comenzó con desgano. Hageo trae un mensaje enérgico para motivar al pueblo a trabajar. Le dice al pueblo que se esfuercen y trabajen que lo que están haciendo es para Dios, para que Él lo llene de su gloria. Esa era la clave para empezar a superar el desaliento y recordarles que el Señor estaba con ellos: “mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis”. Es una bella alusión al Espíritu Santo que interactúa con el espíritu del pueblo para lograr que la obra se complete.
En la palabra de Dios hay muchos pasajes donde el Señor a través de sus profetas y siervos quiere que su pueblo recobre el ánimo. A veces en la obra cristiana es fácil caer en desaliento cuando nos comparamos con el éxito que quizás otros han tenido en sus ministerios, pero esto claramente es un error, no importa cuán grande sea el desafío, el Señor quiere que nos esforcemos y confiemos en Él, pues nosotros somos instrumentos para que Él manifieste su gloria en esta tierra, porque nos ha dado su Espíritu.
Si nos desalentamos le damos cabida a nuestras debilidades y no veremos resultados, nunca debemos medirnos con los demás, sino hacer todo para la gloria de Dios, no importa lo pequeño o grande que sea, Dios nos ha puesto ahí. Como dice Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. Y recordemos que ningún trabajo para el Señor es en vano.
Esto debe motivarnos a hacer las cosas con el deseo de agradar a Dios, porque nuestro trabajo debe ser un acto de alabanza a Dios, esto eliminaría el desánimo y haríamos todo sin quejas, con gratitud al Señor por todo lo que Él ya hizo por nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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