El Amado
2021-12-27
1. Oración inicial
«Padre, me has amado en Cristo Jesús, en tu Hijo amado, para que ahora yo muestre ese inmenso amor a los demás; guía cada día de mi vida con tu Espíritu Santo para aprovecharlo practicando el amor al prójimo. En el nombre de Jesús, Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Mi amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.” Cantares 2:16.
“para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” Efesios 1:6
3. Reflexiona
Como una pareja de enamorados, así podemos entender la relación que existe entre Cristo y su iglesia, es decir, entre cada uno de nosotros y el Amado del Padre.
Una pareja de esposos se corresponde mutuamente, han dejado de ser para sí mismos y se han ofrecido el uno al otro en un acto de amor, de reciprocidad, de entrega fiel y total (1 Corintios 7:4).
Cristo es el Amado de Dios y nosotros somos sus amados (Colosenses 3:12), Él se entregó por nosotros y nosotros le hemos entregado a Él nuestro corazón; entonces, ya no vivimos para nosotros mismos sino para Cristo. Este hecho nos lleva a afirmar como dice la escritura “y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15).
Entonces, pertenecemos a Cristo por la abundante gracia de Dios, pues Él nos amó primero y se entregó por nosotros en la cruz para darnos vida eterna, por lo tanto, Dios nos aceptó por medio de la fe en aquel de quien con su propia voz declaró: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).
¿Qué implica para tu vida saber que eres aceptado y también el amado de Dios por medio de Cristo? La respuesta nos la da el apóstol amado por Jesús, llamándonos por lo que somos, en 1 Juan 4:7 escribe por el Espíritu “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.
Hermano, que tú y yo seamos amados y aceptados por Dios, por medio de la fe en el Amado, implica que ahora nos amemos unos a otros, para revelar el gran amor de Dios y su gloria eterna. Así que, no tardemos en expresar y revelar a todo el mundo el gran amor de Dios que habita en nuestro corazón.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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