Haced morir lo terrenal
2021-10-08
1. Oración inicial
«Padre, en Cristo soy una nueva creación y tu amor ha sido colocado en mí para que ya no preste mis miembros al pecado, sino que viva conforme al nuevo hombre que soy, por medio de la fe en la obra de salvación que tu Hijo Jesús realizó en la cruz, Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.” Colosenses 3:5-8
3. Reflexiona
Imaginemos que queremos salvar a alguien de ahogarse en aguas profundas y nosotros en la orilla le pasamos una cuerda para que él se agarre y podamos halarlo; pero el hombre tiene una carga pesada, una maleta con sus recuerdos, joyas y tesoros terrenales conseguidos con mucho esfuerzo. Se aferra a la cuerda, pero no quiere soltar la carga, entonces se empieza a hundir ¿Qué le diríamos? ¡Suelta la carga!
Esto mismo sucede con el Señor Jesús, cuando nos da su mano de gracia para rescatarnos del pecado que nos quiere llevar al dolor, a ahogarnos en problemas y a perder el propósito que debemos cumplir en esta vida. Nuestra parte consiste entonces en soltar la carga, haciendo morir lo terrenal en nosotros al ser guiados por su Espíritu y no por la carga pesada que representa nuestro viejo hombre.
Y soltar esta carga ocurre con pequeñas decisiones que tomamos a diario, en una voluntad renovada y fortalecida por el Espíritu de Dios que habita en nosotros, por medio de la fe en Jesús, como apartarnos de fornicación, no mentir a nuestros hermanos (Colosenses 3:9-11; 1 Tesalonicenses 4:3-5), no tomar el camino de la ira y el enojo, dejar los malos deseos, la avaricia, no practicar la idolatría, en resumen, no alimentar ni practicar las obras de la carne para vivir ahora en el Espíritu (Gálatas 5:16-23).
Hermanos, no es en nuestra fuerza que podemos vencer a la carne, ni con costumbres religiosas, ni con una falsa piedad, sino con el Espíritu Santo que nos ayuda a aceptar lo que ahora somos en Cristo y a cumplir la voluntad de Dios, como dice su Palabra “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Romanos 8:13); y a vivir revestidos de esta nueva naturaleza “y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:10).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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