Conflictos con mi hermano
2021-09-22
1. Oración inicial
«Señor, te pido la sabiduría que viene de ti, para que por medio de tu Espíritu me guies a resolver toda diferencia y conflicto, en equilibrio, verdad, mansedumbre, con dominio propio, buscando alentar y edificar, no acusar ni desanimar. En el nombre de Jesús. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Santiago 3:14-17
3. Reflexiona
¿Has tenido algún conflicto personal, familiar o de pareja? ¿Cómo lo has enfrentado?, ¿guiado por tus impresiones y pensamientos o por el Espíritu?
Todos hemos tenido conflictos y claramente una de las estrategias del enemigo es llevarnos a la contención, alentando en nosotros toda obra de la naturaleza pecaminosa referida al conflicto, específicamente los pleitos, celos, iras, contiendas y disensiones (Gálatas 5:20b). Es decir, todo lo que nos lleve a dividirnos, a ofendernos y a ser utilizados para dos cosas que el maligno hace: acusarnos y atacar nuestra identidad.
En una discusión o conflicto guiado por la carne, terminamos condenando al otro al ver su defecto u ofensa, dejando a un lado el amor y la mansedumbre; debemos mejor recordar y aplicar lo que dice Gálatas 6:1 “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.
Y lo segundo, en cuanto a atacar la identidad que hemos recibido por la fe en Cristo, si no somos guiados por el Espíritu, el enemigo nos usa para que en vez de edificar a la persona con la que tenemos la diferencia, lo desanimemos y destruyamos. Deberíamos mejor, siendo guiados por la Palabra de Dios, recordarle a la persona quién es él en Cristo Jesús, para que al ser consciente de su nueva naturaleza no se vuelva a dejar influenciar por el pecado y se aleje de su mala conducta. (1 Corintios 6:11)
Hermanos, seamos sagaces en reconocer la influencia del mal cuando detectemos “perturbación y toda obra perversa”, tomemos las herramientas espirituales y pidamos a Dios que en medio de un conflicto nos de la sabiduría que viene de lo alto, para resolver las diferencias con pureza, hablando pacíficamente, con amabilidad, buscando siempre lo bueno, llenos de misericordia y anhelando siempre obtener en el otro todo buen fruto que sea para llenarnos de ánimo, y para edificarnos mutuamente.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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