Todo lo que necesito. Parte 1
2021-06-17
1. Oración inicial
«Señor Jesús al recibirte a ti en mi corazón tengo todo lo que necesito, tu amor lo llena todo y por eso te ruego que me guíes a hacer la voluntad del Padre, como tú lo hiciste, que mi vida sea para glorificar tu nombre y dar a conocer toda la plenitud de tu gracia. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” Salmos 73:25
3. Reflexiona
Cristo lo llena todo como dice la escritura “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” (Efesios 1:23) y en Él estamos completos porque “y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” (Colosenses 2:10).
Dime qué te falta y te diré quién te falta. Aun si tuviéramos toda abundancia de bienes, de reconocimiento o títulos o estuviéramos rodeados de muchas personas, si no tenemos a Cristo, estamos solos y vacíos, porque nada nos llena de la plenitud, la paz y la seguridad que nos da nuestro Señor y Salvador.
Cuando deseamos cosas terrenales, estamos deseando espejismos, en contraste, cuando anhelamos la presencia de su Espíritu, su llenura, estamos buscando para nosotros un tesoro real y verdadero que sustenta las demás cosas. No podemos pensar que alcanzar un logro en la tierra sin tener primero a Cristo, es nuestra realización; por lo tanto, nuestra meta no debe estar centrada en las cosas del mundo y las hazañas personales, sino en conocer, agradar y llenarnos de la presencia de Dios para que con Él de la mano, haciendo su voluntad, cada objetivo tenga el propósito de: dar a conocer su nombre y vivir ya no para nosotros mismos, sino para aquel que murió y resucitó para darnos vida (2 Corintios 5:15).
No se trata de prioridades, sino que Jesús lo es todo en todo, Él es el primero y el último, lo más alto y sublime. Si gobierna sobre todo principado y potestad ¿Cómo no será más importante que gobierne y llene todos los espacios de nuestra vida? En la práctica esto se refleja en que todo lo que hagamos sea por y para Él, para su gloria y alabanza, para sus propósitos, sirviendo a sus planes, enfocando nuestra profesión, trabajo, relaciones, estudios, en dar testimonio de su amor, en compartir su palabra de vida y propósito a todos los que nos rodean y en aplicar sus principios en cada área. Pensemos por un momento, cómo sería nuestro matrimonio o nuestro estudio o cualquier actividad, si no invitáramos a Cristo a participar activamente en ellas; toda relación, proyecto o motivación, sin el Señor Jesús, es un fracaso, un despropósito y una vanagloria.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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