Supremamente bendecidos
2020-11-29
1. Oración inicial
«Gracias mi Señor, porque conocerte y ser conocido por ti, es lo más importante de mi vida, soy supremamente bendecido por tener a Cristo morando en mi corazón, por medio de la fe en su muerte y su resurrección. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.” Juan 20:29
3. Reflexiona
La Palabra, bienaventurados, usada por el Señor Jesús para quienes creen en Él sin haberle visto, proviene del griego makários que significa supremamente bendecido, muy afortunado.
Y somos supremamente bendecidos, cuando reconocemos nuestras debilidades y limitaciones, nuestra urgente necesidad de Dios y de su Palabra; aquellos de los cuales el Señor dice que serán enaltecidos al humillarse ante Dios (Mateo 23:12), y esta humillación ante el Creador, no es de vergüenza o falta de dignidad sino que es la humildad de reconocer nuestros errores, es una disposición del corazón a dejarse guiar por el que todo lo sabe, por aquel que todo lo puede, por el Dios de donde viene toda bendición, exaltación y buena recompensa (Santiago 1:17).
Entonces, bienaventurados somos aquellos que no perdemos el gozo ante las dificultades, pues la tristeza, la pérdida, el dolor o la angustia no pueden afectarnos. Aunque lloramos al ir sembrando las semillas, regresamos cantando cuando traemos la cosecha (Salmos 126:6), pues sabemos, que en el Señor está nuestra recompensa, nuestra restauración y nada ni nadie nos puede quitar el supremo gozo y bendición de conocer a Cristo, de servirle, aunque no lo hayamos visto con nuestros ojos físicos, sino, con los ojos de la fe. (2 Corintios 5:7)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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