La ley y la gracia. Parte 2
2020-07-11
1. Oración inicial
«Mi Dios y mi Salvador, cuán agradecido estoy, si tu moriste en la cruz, yo morí también a mi pecado, si tú resucitaste, yo también resucité y ahora tengo vida eterna por fe en tu nombre, precioso regalo, don maravilloso que anhelo compartir en amor, con mi prójimo. Amén»
2. Lee la palabra de Dios
“anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” Colosenses 2:14-15
3. Reflexiona
La esencia de la gracia es proveer, pero la de la ley es demandar. Con la gracia Dios proveyó de justicia para que el hombre la recibiera, por medio de la fe en su hijo Jesucristo, quien murió para satisfacer la justicia de Dios y pagar la deuda que la ley demandaba ante nuestros pecados.
Entonces, ¿ahora no cumplimos la ley? Claro que si, la ley del amor, pues el que ama a su hermano no le hace daño, el que ama a Dios le obedece. Ese gran amor fue puesto en nuestro corazón por el Espíritu Santo, el Señor mismo, nos dio un nuevo corazón y con tinta de su sangre preciosa, escribió en nuestros corazones sus leyes para que las cumpliéramos no por esfuerzo humano sino por el poder de su gracia, como dice la escritura ante el cumplimiento de esta promesa: “Este es el pacto que haré con ellos, después de aquellos días, dice el Señor:Pondré mis leyes en sus corazones,Y en sus mentes las escribiré, ” (Hebreos 10:16).
Entender esta gracia, este don de Dios, nos lleva hacia la libertad del pecado, pues el dejar lo malo y hacer lo bueno, no es posible sin Cristo, debemos volver por lo tanto a Cristo y aceptar el regalo de su justicia, ¡esta es la buena noticia!
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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