Estar en la presencia de Dios nos debe motivar a ayudar a otros
2020-06-22
1. Oración inicial
«Señor Jesús gracias por venir del cielo a la tierra para rescatarme y darme una nueva oportunidad de vida, gracias Espíritu Santo por revelarme la gloria de Cristo cuando busco su presencia y por poner en mí el deseo de ayudar a otros a encontrarse contigo, para que puedan conocerte y experimentar tu gloria. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd”. Lucas 9:32-35
3. Reflexiona
La gloria de Dios se manifiesta en nuestras vidas mortales, Él quiere darnos la gloria de un Dios vivo, victorioso, que venció la muerte, que venció el mal y abrió las puertas del cielo para que disfrutáramos de toda su plenitud. Cuando se abrió el cielo Dios dijo: “este es mi Hijo, mi elegido, escúchenlo a Él”. Escuchar a Jesús es lo que el Padre nos pide porque Él es la verdad que nos hace libres.
Moisés y Elías representaban la ley y los profetas y se reunieron en esa cumbre para respaldar la misión mesiánica y la nube simbolizaba la presencia de Dios confirmando una vez más, que Jesús era su Hijo y por tanto debían de obedecerlo sólo a Él. Un momento decisivo en la vida de Jesús que iba camino a la cruz en Jerusalén. En esta escena sobrenatural, Dios muestra toda su aprobación para el paso decisivo que Jesús daría.
Cuando los apóstoles se despertaron del todo, vieron con sus propios ojos la gloria de Jesús. Debemos pedir a Dios que nos mantenga siempre despiertos para ver su gloria. Cuando Pedro entendió esto, no quería bajar de la montaña, quería quedarse allí, en el descanso de la presencia de Dios, pero tenemos que entender que el Señor quiere que ayudemos a otros y para eso debemos descender de la montaña a este valle del mundo y afrontar la realidad que nos rodea.
Las dificultades que encontramos en el mundo, nos motivan a desear quedarnos en la cima, orando y buscando a Dios. Necesitamos de su presencia para que nos recargue y fortalezca y así, poder venir a ministrar la vida de otros. Jesús dejó el cielo para venir a esta tierra a rescatarnos. Nosotros debemos escuchar la voz de Jesús y obedecer lo que nos dice: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” Marcos 16:15.
El resultado de estar en la presencia de Dios nos debe motivar a ayudar a otros y a hablarles la verdad de Jesús, para que también conozcan su gloria y su plenitud.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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