Quiero levantar alas como las águilas
2019-12-15
1. Oración inicial
Amado Dios, he tenido momentos donde las fuerzas se me agotan, momentos llenos de impotencia, pero tú extendiste tu mano a mí, y me diste nuevas fuerzas para levantar alas como las águilas. Hoy mi esperanza y mi confianza están puestas en ti, y te clamo como David decía: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” Gracias Señor, Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”, Isaías 40:29-31
3. Reflexiona
El Señor Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción, pues él no vino a prometernos una vida color de rosa. Porque su propósito fue más alto y sublime: darnos la salvación eterna, una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible.
En nuestro diario vivir, todos afrontamos necesidades y aflicciones que nos agobian, nos cansan y fatigan, a veces hasta agotar todas nuestras fuerzas; y aquí el profeta recuerda cómo renovar nuestras fuerzas y dice: “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” o sea, los que dependen y esperan en Dios, manteniendo su fe en medio de la adversidad, tienen nuevas fuerzas a cambio de su debilidad.
Es fantástica la asimilación que la Biblia hace de levantar alas como las águilas, pues a los 40 años las águilas están envejecidas y tienen que renovar sus garras, su pico y su plumaje en un doloroso proceso, de lo contrario morirían; y cuando de nosotros se trata, cuando tenemos que someternos a un proceso de cambio, no es fácil, pues tenemos que empezar por renovar nuestra manera de pensar, despojarnos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos del mundo, dejar tanto orgullo y arrogancia, así como el águila sacó su pico con la peña para que crezca uno nuevo. Además, las águilas usan su fuerza solamente para iniciar el vuelo, baten sus alas y se esfuerzan hasta ganar cierta altura, y allí aprovechan la fuerza de los vientos y se dejan llevar por ellos. Qué extraordinaria semejanza con nosotros, sólo tenemos que tomar la decisión de aceptar a Jesucristo como único Salvador y su Santo Espíritu nos ayudará a remontarnos a las alturas. David dijo: “Dios es el que me ciñe de poder, y me hace estar firme sobre mis alturas” (Salmo 18:32-33b).
Hermano, dispongámonos a una total renovación, porque si no lo hacemos, caemos en una parálisis espiritual y emocional y será difícil levantar el vuelo. No hay duda de que seremos fuertes sólo en el poder de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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