Escucha a Jesús y echa la red en su nombre
2019-12-12
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, muchas veces he sido como aquellos pescadores que han trabajado mucho sin lograr nada, pues no estabas dentro de mis planes. Hoy te doy gracias por haber llegado a mi vida y hablado a mi corazón; yo escuché tu voz y mi vida se transformó para bien, he vivido nuevas experiencias contigo, y llenaste mi red a rebosar. Gracias Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red”, Lucas 5:1-5
3. Reflexiona
La fe viene cuando se oye la palabra de Dios, cuando se tiene un anhelo profundo por oír la voz de Dios. La Biblia dice que la gente se amontonaba para oír las enseñanzas de Jesús. Ellos anhelaban la palabra del Señor. El salmista dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”, Salmos 119:103.
Genesaret, significa: “Jardín de riquezas”, “Jardín del príncipe”, y esto es lo que ellos allí encontrarían: a Jesucristo, el Hijo de Dios, enseñando las riquezas de la revelación del reino de Dios. Jesús está enseñando en todo lugar, en todo momento, en toda circunstancia, a través de sus sermones y su ejemplo, pero en aquellos días así como hoy, no siempre estamos dispuestos a aprender. Fácilmente las circunstancias adversas nos afligen, y nos perdemos de grandes enseñanzas. Por eso, muchas veces superamos la dificultad por su misericordia, pero sin aprender la enseñanza contenida en la prueba.
Jesús les enseña desde la dificultad, veamos: “ellos lavaban sus redes” y “nada habían pescado”, había desánimo, decepción, y fatiga. Les enseñaba desde su lugar de trabajo: la barca. Así hace con nosotros, nos sigue enseñando, ya que Él nunca dejará de ser nuestro Maestro; pero debemos tener un corazón dispuesto a aprender, manso y humilde.
Tengamos presente que la fe es una prueba de confianza donde el discípulo deposita su corazón en las palabras de su Maestro. Pedro venía de pescar toda la noche, las redes estaban ya lavadas y Jesús le ordena volver a pescar. Jesús era Maestro de las Escrituras y no pescador, sin embargo Pedro le dice: “en tu palabra echaré la red”.
Hermano, la obediencia debe imponerse sobre la razón, pues el razonamiento es un obstáculo para los milagros, y así como Pedro en dicha ocasión, obedezcamos a pesar de las adversidades.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn