El ocuparse del Espíritu es vida y paz
2019-12-07
1. Oración inicial
Padre Amado, cada día quiero renovar mi manera de pensar, despojarme de todos los deseos engañosos de mi naturaleza pecaminosa y vivir mi vida en la plenitud de tu Santo Espíritu quien transforma mi vida y me lleva a mirar las cosas sublimes y eternas. Espíritu Santo mora en mí y produce fruto de paz y justicia en mi vida. Gracias Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”, Romanos 8:5-9
3. Reflexiona
Para el creyente hay dos formas de vivir: según su naturaleza pecaminosa, a lo cual la biblia llama la carne, ó según el poder del Espíritu Santo.
En el Antiguo testamento se ordenaba una vida de santidad pero el hombre carecía del poder para llevarla a cabo, por lo tanto, Dios mismo envía a su Hijo como ofrenda por el pecado. El pecado fue entonces vencido completamente por medio de su muerte, de modo que los beneficios de esta victoria los recibe todo aquel que en Él cree. La naturaleza del hombre caído se considera «crucificada» juntamente con sus pasiones y sus deseos (Gálatas 5:24), y el fruto de santificación surge del espíritu redimido y lleno del Espíritu Santo.
Ahora, cada quien elige su manera de vivir, y qué ha de controlar su mente. Si hemos creído en Jesucristo como nuestro Salvador, debemos renovar nuestra mente, pues nuestro comportamiento está determinado por nuestra manera de pensar. La Biblia dice: «Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.» (Proverbios 23:7). Son nuestros pensamientos, en última instancia, los que rigen nuestro comportamiento. Una mente bajo el control del Espíritu Santo produce el fruto del Espíritu “… amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. (Gálatas 5:22-24)
Hermano, no améis al mundo, no os comprometáis con la vanagloria de la vida, ni los deseos de la carne. La Biblia dice: “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre», 1 Juan 2:17.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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