Jesús, mediador de un nuevo pacto
2019-11-20
1. Oración inicial
Puedo acercarme a ti mi Dios, al trono de la gracia, con toda confianza y certeza, mediante la fe en Jesucristo, gracias por quitar mis pecados y limpiar mi conciencia para servirte con todo amor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”, 1 Timoteo 2:5-6
“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.”, Hebreos 9:15
3. Reflexiona
Ningún ser humano podía, ni podrá llenar los requisitos de ser el mediador para la salvación del hombre, sólo Cristo, conforme escrito está en la Palabra de Dios en Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. En el antiguo pacto, en el pueblo de Israel, había sacerdotes que realizaban ofrendas de corderos para mediación por los pecados del pueblo, los cuales servían a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales (Hebreos 8:5), es decir a lo que había de venir y manifestarse: Cristo mismo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
Con el nuevo pacto, hecho mediante la sangre de Cristo, tenemos nuestro Sumo Sacerdote, al que se le ha dado un ministerio que es muy superior al sacerdocio antiguo, porque Él es mediador a nuestro favor de un mejor pacto con Dios basado en mejores promesas (Hebreos 8:6), donde la ley es escrita en nuestro corazón cuando el Espíritu Santo viene a habitar en nosotros por la fe en Cristo (Jeremías 31:33).
Esto significa que el sacrificio de Cristo es completo y suficiente para limpiar nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para que le podamos servir a Dios, ya que Cristo ha quitado lo primero para establecer lo último. En esta voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez y para siempre (Hebreos 10:10). Así que acerquémonos con toda confianza y firmeza a Dios y sirvámosle con toda santidad, a través de nuestro Mediador celestial, y no dudemos de esta esperanza que nos renueva y sostiene a diario, porque FIEL es el que hizo esta promesa (Hebreos 10:22-23).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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