Extiende tu mano. Parte 2
2019-10-07
1. Oración inicial
Señor, con el mismo amor que colocaste en mi corazón ayúdame a servir a mi hermano, al necesitado, bendice mi vida para que no falte provisión para dar con toda liberalidad, que mi corazón no se endurezca ante la necesidad ajena. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.”, Proverbios 31:20
3. Reflexiona
Así como Dios extendió la mano para salvarnos y realizó un acto de amor a través de Cristo, también estamos llamados a extender nuestra mano al necesitado, teniendo la misma compasión que Dios tuvo con nosotros, llevándole la Palabra que llena su corazón, pero también auxiliándole en su necesidad material.
Si vemos a un hermano que no tiene ropa ni comida y solo le decimos palabras de aliento, “Dios te bendiga” pero no le damos lo que necesita, de nada sirve; lo mismo pasa con la fidelidad a Dios: de nada nos sirve decir que le somos fieles, si no hacemos nada que lo demuestre (Santiago 2:15-17), porque nuestra relación es como una cruz, vertical con Dios (amar a Dios, sobre todo) y horizontal con mi prójimo y mis hermanos (y amar al prójimo como a tu mismo). (Mateo 22:36-40)
Si tenemos bienes de este mundo y vemos a nuestros hermanos en necesidad, y cerramos el corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en nosotros? (1 Juan 3:17). Por lo tanto, no endurezcamos nuestro corazón, sino que extendamos nuestra mano con liberalidad, tal como Cristo lo hizo con nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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