Juntos. Parte 1
2019-09-10
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de Jesús, que tu Santo Espíritu guíe mi vida para vivir conforme a tus preceptos y enseñanzas, y que en armonía con mis hermanos pueda obedecerte y llevar el mensaje de amor al mundo entero. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;” Hechos 17:26
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Gálatas 3:28
3. Reflexiona
Es un hecho que la humanidad está dividida, y es la estrategia del mal causar divisiones. Es lógico que tengamos diferentes formas de pensar o perspectivas distintas de la vida, pero cómo hacemos las cosas o alcanzamos nuestras metas y propósitos, no debería traer conflictos entre nosotros.
Sin embargo, vemos un mundo profundamente dividido, familias divididas, gobiernos con alta polarización, relaciones con conflictos y posiciones irreconciliables, y se seguirá profundizando la crisis porque cada uno va por su propio lado, trabajando y luchando de acuerdo a su conveniencia personal.
Pero necesitamos estar juntos, ayudarnos unos a otros, ponernos de acuerdo para sanar heridas, para reconciliarnos; y para esto vino Cristo al mundo, para sanar las heridas, para reconciliarnos con Dios, que es la esencia para curar nuestros conflicto internos y externos. Pero si no tenemos al Espíritu en nuestro corazón, somos arrastrados por nuestros sentidos superficiales, que siempre nos llevarán a dividir en vez de sumar (Judas 19-21).
No sólo por ir y sentarme en una congregación soy de Cristo, o soy parte de la verdadera iglesia, como muchos consideran o discuten, sino que soy de Cristo si obedezco a Dios. El resultado o fruto de mi fe es mi obediencia, no una obediencia fingida ni externa, no una obediencia por obligación, sino por amor.
En este punto se acaba la división, cuando permito que mi vida sea guiada por el Espíritu Santo, porque como dice la escritura “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14). Por lo tanto, reflexionemos y recordemos cómo vivían los primeros que recibieron a Cristo en su corazón; vivían como una gran familia, compartían todo entre si, oraban juntos, perseveraban en una misma doctrina, la que fue revelada a los apóstoles, compartían el pan, como símbolo de su unión y fe en Cristo, permanecieron juntos e impactaron al mundo entero. Por lo cual hermanos, estamos llamados a recuperar y seguir este mismo ejemplo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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