Su Palabra escrita en nuestro corazón
2019-07-28
1. Oración inicial
Amado Señor, quiero ser una carta viva de Cristo, que donde quiera que vaya refleje tu presencia. Dame el poder para vivir para ti por medio de tu Espíritu. Que mi vida, mi testimonio y la evidencia de tu gracia redentora se manifieste a donde quiera que vaya, influenciando la vida de mis semejantes con tu Palabra. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”, Jeremías 31:33
“siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón”, 2 Corintios 3:3
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”, Colosenses 3:16
3. Reflexiona
La profecía de Jeremías se cumplió en Jesucristo a través de su obra redentora, con un pacto nuevo, al perdonar nuestros pecados y al poner su Ley en nuestras mentes y al escribirla en nuestros corazones para que todos la conozcan. Por eso este mensaje es para la iglesia de hoy. El Señor ha derramado su Espíritu en nosotros y nos ha dado su Palabra para que abunde en abundancia en nuestro interior.
Moisés en el Antiguo testamento subió al monte a recibir los diez mandamientos escritos en tablas de piedra. Jesús subió al monte a dar los valores del nuevo reino que empezó a proclamar. En el primer pacto Moisés sube solo al monte a recibir de Dios la Ley, mientras que Jesús sube al monte y la gente lo sigue, lo busca para oír su enseñanza. El señor Jesús no vino a quitar la Ley sino a darle su verdadero valor y vino a escribir su Palabra en nuestros corazones.
El Señor por su gracia hará que todos sean bienvenidos al conocimiento de Dios, por eso ha dado su Espíritu en este tiempo para publicar su evangelio. Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, Él por su Espíritu Santo pone en nosotros el deseo de obedecerlo. Esta promesa se cumplió en el acercamiento directo a Dios “con confianza” que Jesús hizo posible a través de su muerte.
Hebreos 8:10-11 “Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos”.
Ahora tenemos libertad por medio de la sangre de Jesús para entrar en el lugar santísimo, o sea a la presencia de Dios, quien nos abrió un camino nuevo y vivo a través del velo, esto es de su carne. Ahora podemos por su Espíritu entender su Palabra. Dispongámonos a escucharla, a estudiarla y hacerla práctica en nuestras vidas.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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