Viviendo en la gracia de Jesucristo
2019-07-22
1. Oración inicial
Qué privilegio tan grande haber recibido tu gracia por medio de tu obra redentora, de haber sido dotado de dones espirituales para revestirme de tu poder y ser testimonio en esta tierra. Y mayor privilegio poder tener una comunión contigo Señor, una relación perfecta donde me uno a ti por tu Santo Espíritu para crecer en santidad y ser confirmado hasta el fin. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”, 1 Corintios 1:4-9
3. Reflexiona
Fuimos llamados a estar en comunión con Jesucristo por medio de su obra que cambió totalmente nuestra relación con Dios. Ahora podemos entrar con confianza a su presencia, a su trono de gracia. Y sólo podemos hacerlo a través del Espíritu Santo derramado en nuestros corazones. Cristo hizo realidad la promesa de Joel 2:28-29 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días”.
Nos dio la salvación, como un regalo inmerecido del amor de Dios y que nos coloca en una relación perfecta con Dios, algo que no podíamos lograr por nosotros mismos. Y fuera de eso nos dotó de dones como un depósito para usarlos como Él nos diga, para la gloria de Dios y bien de los demás.
Hemos sido consagrados a Dios mediante el sacrificio de Cristo, esto hace que pertenezcamos a Dios de una manera muy especial, por eso hemos sido llamados a ser un pueblo dedicado a Dios, recibiendo su llamamiento y mostrando en nuestra vida un carácter santo. El cristiano debe ser diferente a las demás personas porque pertenece a Dios y está a su servicio.
Hemos sido enriquecidos en Cristo con todos los dones espirituales en Palabra y conocimiento, es el poder que nos ha dado para servirle y testificar hasta que Él vuelva. Regocijémonos como Pablo en la gracia de Dios que obra en nuestro pasado, presente y futuro y que nos garantiza los propósitos eternos de Dios para con nosotros. Permanezcamos en comunión con Jesucristo, privilegio de todo aquel que ha creído y lo ha recibido en su corazón.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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