El gozo y la gentileza dejan ver la gloria de Cristo
2019-07-05
1. Oración inicial
Amado Señor, permite que el gozo y la gentileza sean parte de mi carácter como cristiano y entender que así podré ser testimonio vivo de tu amor y misericordia. Ayúdame a no condenar ni a juzgar a nadie por sus actos, sino a verlos con bondad, entendiendo la gran necesidad de ti y conducirlos a tus caminos. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca”, Filipenses 4:4-5
3. Reflexiona
Qué consejo tan extraño de Pablo desde una prisión “¡Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!!” Nos lleva a pensar que nuestras actitudes internas no tienen que reflejar nuestras circunstancias externas. Es fácil caer en desánimo cuando nos encontramos en situaciones desagradables que nos causan infelicidad y nos sentirnos emocionalmente débiles. Pero nunca debemos permitir que ningún evento nos robe el gozo. Esto sólo es posible cuando nuestra fuente de regocijo es el Señor. Ese gozo viene de una relación vertical con Dios, cuando permanezco en comunión con Él.
Si tenemos una perspectiva horizontal de la vida, sólo podremos visualizar una existencia desolada y sin esperanza. Pero si escogemos ver el rostro de nuestro Padre, Él nos inundará de su gloria, amor, paz y bondad. No tendremos tiempo de quejarnos, sino que estaremos consumidos por el gozo de su presencia y otros la percibirán en nosotros.
Pablo propone dos cualidades de la vida cristiana: El gozo y la gentileza. El gozo cristiano es independiente de todas las cosas de esta tierra, porque su fuente está en el Espíritu Santo que mora en él. El cristiano no puede perder el gozo porque no puede perder a Cristo.
La gentileza o amabilidad o moderación, es ser comprensivos, simpáticos, tener buenos modales, educación, cortesía en el trato con los demás. No juzgar, no señalar a los demás sino mirarlos con misericordia y gracia. El cristianismo está por encima de la justicia. Recordemos cuando le trajeron a Jesús a la mujer adúltera para juzgarla, Él habría podido aplicar la ley y dejar que la lapidaran, pero fue más allá de la justicia, se movió por la compasión y el amor. Y actuó con gentileza con ella.
¿Por qué se nos pide ser así? ¿Por qué debemos tener una vida de gozo y amabilidad? Porque el Señor está cerca y debemos tratar a todos con amor y así ganarlos para Él. Además, así aprendemos a ver las situaciones desde la perspectiva celestial, y a entender que independientemente de la prueba hay un Dios poderoso que quiere manifestar su gloria en nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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