Guardaré mi corazón para ti Señor
2019-06-06
1. Oración inicial
Amado Padre, mis ojos están puestos en ti, mi oído está atento a tus razones, porque quiero grabar tu Palabra en mi corazón, como el mejor tesoro, pues trae vida a mi ser y medicina a mi cuerpo. Señor, tú estás en primer lugar en mi corazón, te amo Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, Proverbios 4:20-23
3. Reflexiona
Es cierto que amamos a Dios, pero muchas veces Él no es nuestro primer amor, y la pregunta es: ¿amas a alguien sin haberle visto y conocido? “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29:13). Esto es una muestra del desconocimiento que el pueblo tiene de Dios. Las cosas del mundo capturan nuestro corazón, profesamos nuestras propias normas, sentimientos y decisiones aparte de Dios, no obstante en las dificultades acudimos a Él como el Dios que tiene que apagar el incendio.
También dice la Biblia: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”. Nadie puede decir que conoce a Dios, y mucho menos que le ama, si no se ha adentrado en las páginas de la Biblia, con oído atento, mente receptiva, corazón sensible y se ha dejado cautivar por el dulce amor de Jesucristo grabando sus dichos en medio de su corazón. Sólo allí permitimos que sus pensamientos llegen a ser nuestros pensamientos, su sentir llegue a ser nuestro sentir y su voluntad llegue a ser nuestra decisión. Con su palabra se realiza la obra transformadora de nuestro ser, se vivifica nuestro corazón y nuestro cuerpo alcanza sanidad.
Cuando estamos enamorados no nos cansamos de hablar de la persona que amamos, podríamos pasar horas hablando de nuestra ilusión, eso anhela el Señor, que nuestro diario caminar sea en su amor y nuestros dichos testifiquen de Él.
Hermano, Dios insiste: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Entrégale tu corazón a Cristo sin reservas, Él espera por ti.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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