La revelación de la Palabra de Dios
2019-02-24
1. Oración inicial
Gracias Señor por tan hermoso y sublime conocimiento que, a los que siendo como niños rindiendo nuestro corazón a ti, nos ha revelado la esperanza a la cual hemos sido llamados y las riquezas que nos haz dado gracias a Cristo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”, Efesios 1:16-18
3. Reflexiona
El pensamiento y los planes de Dios son muy altos y sublimes, (Isaías 55:8-9), si bien han sido revelados en su Palabra, para que podamos entenderlos plenamente, necesitamos que Dios nos dé sabiduría y revelación por medio de su Espíritu.
El objetivo es entender la Palabra de Dios correctamente, pues la escritura no es de interpretación personal, sino que lo que allí está escrito fue inspirado por Dios (2 Pedro 1:20-21); la revelación de un Dios infinito a nuestras mentes finitas.
Así que la Biblia se debe estudiar, es decir, analizando las figuras literarias, el contexto, buscando el significado y raíz griega-hebrea de las palabras, pero fundamentalmente a través de la comunión con su Santo Espíritu, en oración.
No hay profunda revelación sin relación. Primero debemos tener una relación continua con Dios, teniendo fe en Cristo, en su sacrificio en la cruz y su resurrección, y luego caminar de acuerdo a sus principios, es decir la revelación de Dios nos lleva a la obediencia total, ya que no se trata de conocimiento intelectual, sino de una Palabra viva que transforma todo nuestro ser.
En 2 Timoteo 3:14-17, Pablo aconseja a Timoteo a tener persistencia y continuidad en el estudio de la Palabra, pues esto derivará en sabiduría y en estar preparado para ser usado grandemente por Dios para toda buena obra.
Apliquemos estos principios y empecemos a estudiar la Biblia, con denuedo, con verdadera devoción y sobre todo, en comunión con su Santo Espíritu, para que nos sea revelado el conocimiento puro, sublime, de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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