El ministerio del Hijo del Hombre
2018-12-26
1. Oración inicial
Señor Jesús cumpliste tu obra en esta tierra perfectamente, tomaste mi naturaleza para poder morir y expiar todos mis pecados, por tus padecimientos como humano entiendes mi debilidad. Ahora a la diestra de Dios Padre intercedes por mí para ayudarme. Gracias por estar siempre abogando por nosotros. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados», Hebreos 2:14-18
3. Reflexiona
El título que más utilizó Jesús sobre sí mismo fue “Hijo del Hombre”, esto lo identificaba con la tierra y su misión en la tierra. Señalaba su humildad y humanidad, su sufrimiento y muerte, y su oficio futuro de Rey. Indicaba su trascendencia como figura celestial, el que será entronizado como el Rey de toda la tierra, un reino que nunca será destruido. Daniel 7:14 “Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”. Por tanto, en ese sólo término se halla la plenitud tanto de la deidad de Cristo como de su humanidad.
Como humano, Cristo enfrentó todo lo que nosotros padecemos y venció. Como Dios, Él fue capaz de ser nuestro representante en la cruz, de modo que con su muerte nos redimió de todos nuestros pecados. Jesús fue el Rey que temporalmente se vistió de campesino mientras hacía su obra en la tierra.
Los ángeles cayeron y quedaron sin esperanza de salvación, Cristo nunca concibió ser el Salvador de ellos, pero en su mente sí estuvo con nosotros, los descendientes de Abraham. Desde el principio su misión fue rescatar a la humanidad caída, por eso sufrió en nuestra naturaleza. Padeció todas nuestras tristezas y carencias, fue tentado en todo como nosotros pero nunca pecó. Jesús nos entiende, por eso intercede por nosotros y es nuestro abogado. Él se interesa por nuestras pruebas y está dispuesto a socorrernos cuando somos probados si le buscamos de corazón.
El Hijo tuvo que compartir nuestra humanidad (carne y sangre), sufrir y morir, para que pudiéramos compartir su gloria. El propósito de esta encarnación era el de poder morir para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte. Muchos viven en esclavitud por su temor a la muerte, sólo Jesús puede quitar ese temor cuando entendamos que con su resurrección nos ha dado la esperanza de una vida eterna.
Jesucristo es ahora nuestro Sumo Sacerdote. Cumplió su papel con la expiación de nuestros pecados en la cruz y es nuestro intercesor ante Dios pues entiende nuestras debilidades por eso extiende su misericordia a nuestro favor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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