El más grande e inspirador ejemplo
2018-12-18
1. Oración inicial
Gracias Señor Jesús por tu gracia y amor, aunque eras rico siendo Dios te hiciste hombre por mí, te despojaste a sí mismo de toda tu riqueza, te vaciaste para rescatar mi alma con tu sacrificio en la cruz, con tu pobreza me has enriquecido con toda bendición espiritual. Enséñame a ser generoso para dar a otros de tu gracia. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos», 2 Corintios 8:9
3. Reflexiona
El sacrificio de Cristo no empezó en la cruz sino en el cielo, cuando por encarnarse en un hombre igual a nosotros, se despojó a sí mismo. Dejó su gloria para venir a esta tierra. Pues desde la eternidad era el poseedor de todas las riquezas de la deidad. Su manera personal de dar fue la más elevada, tomó la decisión de encarnarse y se hizo pobre. ¡Qué paso tan significativo y qué mayor ejemplo de generosidad! El descenso de Cristo y el tomar todas las limitaciones humanas fue un auto despojamiento grandísimo en pro de la redención de la humanidad.
Miremos a Belén, en el pesebre descansa un niño sin nada de comodidad, rodeado de animales y paja en vez de una cuna de oro. Ese es el mismo Dios que sostiene el universo ¿por qué? Por amor.
Miremos por la ventana del taller de Nazaret, vemos a un muchacho que barre el aserrín. Alguna vez fue el Dios que llenó el espacio de estrellas ¿por qué? Por amor.
Miremos a la cruz, ese hombre inocente clavado en el madero que sufrió rechazo, escarnio, persecución traición y muerte. Es el Señor Jesucristo dándonos la salvación ¿por qué? Por amor.
Cristo abandonó muchas cosas por amor a nosotros y nos hizo herederos de todas sus riquezas en gloria, hemos recibido por Él perdón de pecados, salvación y vida eterna.
Por eso, nuestra gracia debe ser el reflejo de la gracia de Cristo. Mateo 10:8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. Este es el corazón el evangelio, Dios se humanizó para poder redimirnos. Ese acto de amor gratuito por el cual Él se hizo pobre, lo hizo por amor a nosotros ¿cómo podemos nosotros negarnos a hacer un acto de amor por nuestros semejantes? El amor por el prójimo debe convertirse en un amor en acción, no sólo palabras vacías. “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” 1 Juan 3:18.
Hoy más que nunca el Señor Jesús nos invita a seguir su ejemplo, a darnos por completo para llevar el evangelio a toda criatura y cumplir así con nuestra misión en esta tierra ¿estás dispuesto a despojarte a ti mismo para hacerlo?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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