Vendrán tiempos
2018-11-05
1. Oración inicial
Señor, sé que el mundo vive una profunda crisis de principios y valores, pero te pido que me ayudes a mantenerme fiel a ti, a practicar la santidad, el amor y a aplicar todo lo que has puesto en mi, gracias a la fe en Jesús, para estar en el lugar correcto en estos tiempos de oscuridad. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.», 2 Timoteo 4:3-5
3. Reflexiona
Esos tiempos anunciados aquí por Pablo a Timoteo ya llegaron. Hoy en día las personas no quieren escuchar la sana enseñanza de la Palabra de Dios, quieren escuchar cosas novedosas y “maestros” que les dicen exactamente aquello que quieren oír, como: “vas a estar bien, serás prosperado en todo, pide lo que quieras” y muchas frases sin contexto, que si bien alientan las emociones no producen un verdadero cambio como el que hace el conocimiento verdadero de nuestro Dios.
Claro que Dios anhela bendecirnos, como hijos amados, pero como prioridad Él busca desarrollar en nosotros el carácter de su hijo amado Jesús y la santidad vivencial, puesto que Él nos corrige diciendo “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.” (Oseas 6:6). Él no quiere prácticas religiosas, sino que poniendo todo empeño añadamos a nuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, perseverancia, a la perseverancia, devoción; a la devoción, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (2 Pedro 1:5-7).
Para el mundo no vendrán tiempo mejores, pues muchos se han alejado del conocimiento de Dios, pero para los que creemos es momento de aplicar estos principios y la lámpara que hemos recibido en nuestro corazón, es decir su Espíritu, no la coloquemos debajo de la mesa, esto es, no lo apaguemos, sino que coloquemos esa luz donde pueda alumbrar, es decir, siendo obedientes a su llamado de santidad y atención a su Palabra, estando en el lugar correcto, para que todos puedan ver las buenas obras de nosotros y entonces alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:15-16)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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