Llamados a santidad
2018-09-25
1. Oración inicial
Amado Dios, alabo y exalto tu nombre grande y temible, y me postro ante ti, pues tú eres Santo. Te ruego crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu de rectitud, dispuesto a obedecerte. Señor quiero caminar en santidad porque mi alma anhela estar en comunión contigo. Te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”, 1 Pedro 1:14-16
3. Reflexiona
Santificado significa ser apartado para Dios, estar sin contaminación. Él nos compró con la sangre de Cristo, por lo tanto, pertenecemos a Dios, somos suyos; más aún, él nos llamó a ser santos como él es Santo. Si entendemos esta verdad nuestra manera de vivir tiene que cambiar.
Cuando recibimos a Jesucristo, obtenemos perdón de pecados, somos justificados y santificados ante Dios. Pues sin santidad, nadie podrá tener comunión con Él, porque él es Santo. La Biblia dice: “Seguid […] la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14b).
Todos los creyentes son santos en Cristo; por consiguiente pueden acercarse a la presencia de Dios, pero sin santidad no se puede disfrutar la presencia de Dios, ni la comunión con Él.
Dios pide santidad a nuestra vida, pero no hay santidad sin obediencia. Pablo escribió: “Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación”, 1 Tesalonicenses. 4:2-3a.
El mantenernos en santidad inicia con una firme decisión de vivir una vida de integridad y pureza, llenando nuestra mente con la Palabra de Dios y haciendo lo que ella me muestra. La Biblia dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos [… ]. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” Santiago 1:22-25.
Tener una vida integra a los ojos del Señor es un caminar con Cristo que implica cambios en la forma de pensar y de vivir, no conformarnos a los deseos engañosos del mundo en el cual por nuestra ignorancia vivimos en otro tiempo. “Así que, amados, […], limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. 2 Corintios 7:1
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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