Espíritu de restauración
2018-09-18
1. Oración inicial
Padre Amado, el pueblo se destruye porque se ha alejado de ti, está oprimido en el pecado y en gran aflicción. Señor te ruego, como te decía Nehemías: “oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos”, escucha mi oración que hoy hago delante de ti por esta nación y quiero levantarme para seas el restaurador espiritual de mi pueblo a través de mí. Gracias Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“…vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.”, Nehemías 1:2-6
3. Reflexiona
El Profeta Nehemías se encontró a uno de sus hermanos de linaje que había venido de Jerusalén y éste le contó que estaban en opresión y mucha aflicción. Y Nehemías se sentó y comenzó a llorar, y estuvo varios días ayunando y orando. Reconoce que él y la nación han pecado y que éste es el motivo del fracaso de los judíos.
Dios toca el corazón de Nehemías y lo levanta como libertador para restaurar a Israel, que se encuentra en gran mal y afrenta.
La Biblia también nos muestra que en Samaria hubo sequía y hambre, porque hacía tres años no había llovido sobre la tierra, y Dios levanta a Elías para que intercediera. Elías ora primeramente por la restauración espiritual y Dios concede sus peticiones y la lluvia llega.
Hoy más que nunca el pueblo está en sequía espiritual, oprimido por el pecado, por la inmoralidad, por la droga, etc. Los hijos de Dios tienen que levantarse como Nehemías y Elías, estar al tanto de la realidad y no ser indiferentes a tan duro escenario en el cual se sumerge la humanidad.
Dios levantará hombres y mujeres que hagan vallado de oración, que giman ante Él y que tengan el corazón y el espíritu de restauración de Nehemías y Elías, y nosotros jugamos un papel importante en la restauración de nuestro país. “Levantémonos y edifiquemos”. (Nehemías 2:18)
Pablo le decía a su discípulo Timoteo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo […], que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:1-2). Si nosotros no hablamos el pueblo se sigue destruyendo pues hay gran sequía espiritual. Pero no estamos solos, el Espíritu de Dios “intercede por nosotros con gemidos indecibles”. (Romanos 8:26b)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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