Fidelidad en el Matrimonio. Parte 2
2018-09-17
1. Oración inicial
Amado Dios, ayúdame a ser fiel ante ti y ante mi familia, pues no quiero fallarte jamás y quiero siempre fortalecer los lazos de amor en mi hogar. Sé que tus ojos están puesto en mi vida y tus oídos escuchan mis palabras, por tanto quiero caminar en completa fidelidad, cumpliendo tus mandamientos sin reservas. Te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas”, Proverbios 5:18-21
3. Reflexiona
La Biblia dice: “Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará; Y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable” (Proverbios 24:3-4) Entre las cosas valiosas que llenan un hogar feliz están el amor, la fidelidad, la obediencia a Dios y la fe. Ningún matrimonio es perfecto, pero Dios dio un manual para lograr su mejor marcha.
La Biblia advierte: “Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos” (Proverbios 5:3-4). Las repercusiones de la infidelidad son dolorosas, destructoras y hacen gran daño emocional y espiritual.
En la Palabra leemos que Dios lo ve todo, “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:13). Cualquier acto de inmundicia sexual perjudica nuestra relación con Dios, así lo hagamos escondido y en secreto.
A este respecto, dice a los esposos: “Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo” (Proverbios 5:15). Los dos cónyuges esfuércense por fortalecer los lazos de amor en su matrimonio, y pongan todo su empeño en resolver sus dificultades conyugales. Por encima de todo, sigan la exhortación bíblica: “Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud” (Proverbios 5:18).
Tenemos que reconocer que Dios nos está observando todo el tiempo. Donde quiera que estemos sus ojos están sobre nosotros. Él nos está escuchando todo el tiempo. El Señor está pendiente de nuestra conducta, no pierde de vista ninguno de nuestros pasos.
Hermano, sólo la presencia del Señor en nuestra vida nos ayudará a mantenernos en fidelidad. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”. (1 Tesalonicenses 5:23-24)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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