Consecuencias del pecado. Parte 1
2018-09-09
1. Oración inicial
Padre Amado, no quiero volver a caer en pecado que me destruye y me aleja de ti, en ese mundo oscuro de esclavitud, y de profunda soledad y sin tu luz admirable. Hoy me acojo a ti e imploro que me ayudes a no apartarme de tu presencia, y poner por obra tus leyes y estatutos, gracias Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“De sus propias iniquidades será presa el impío, y en los lazos de su pecado quedará atrapado», Proverbios 5:22
3. Reflexiona
La Biblia dice: “el pecado es infracción de la ley de Dios” (1 Juan 3:4b). Zacarías guiado por el Espiritu dijo al pueblo: “Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará”. (2 Crónicas 24:20b). Son duras y desagradables las consecuencias de quebrantar la ley de Dios. Pecar es muy fácil, y más aún cuando somos inconscientes de las terribles consecuencias del pecado, por ejemplo:
El pecado nos aleja de Dios: La Biblia dice: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Dios no puede habitar en donde hay pecado. Además, “Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4b).
El pecado nos destruye: El pecado destruye el alma, destruye el corazón que es el centro de nuestro ser. El pecado corrompe y daña nuestra vida. Muchas veces tratamos de esconder el pecado manteniéndolo en secreto y esto es muy dañino para la salud y la armonía espiritual. Los pecados generan sentimientos negativos y destructivos a tal punto que nos causan enfermedades. No en vano la Escritura dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23).
El pecado nos aleja de nuestra familia, nuestra casa: El pecado arruina la relación con otros. Por ejemplo, las familias sufren por la infidelidad de uno de los cónyuges, un grupo se divide por un chisme, una mentira, una calumnia, etc. El pecado esclaviza. “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” (Juan 8:34)
Hermano recordemos que: “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”. (Salmos 32:1). Dios entregó sus leyes a la humanidad para enseñarnos a vivir en armonía con Él y con los demás, los mandamientos de Dios son una bendición, pues tienen el propósito de proveernos y protegernos y darnos una vida plena y abundante.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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