Un Justo que intercede
2018-07-07
1. Oración inicial
Amado Jesús, gracias por elegirme entre muchos porque ya no me llamas siervo sino amigo, por darme a conocer todas las cosas, por compartir conmigo tus pensamientos y tus planes a través de tu Palabra, enséñame a orar e interceder por otros. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová. Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar”, Génesis 18:22-33
3. Reflexiona
Como hijos de Dios y gracias a que hemos sido revestidos de su justicia, tenemos la libertad de entrar a la presencia de Dios y frente a su trono dialogar y clamar sobre todo asunto que nos aqueje. Abraham disfrutó de su posición frente a Dios para tener bendición no sólo para él, sino para sus coterráneos. A diferencia de muchos, Abraham no tenía ningún problema para entrar en contacto con Dios, pues cada vez que se menciona la comunión entre ambos, es Dios quién toma la iniciativa, Dios hablaba y Abraham respondía.
Dios siempre nos está hablando. Escuchamos su voz cuando nos disponemos a obedecer a Dios. La palabra oír en el Nuevo Testamento no alude siempre a una experiencia auditiva, también significa “obedecer”. Abraham aprendió este secreto, obedeció a Dios desde el primer momento cuando lo envió a dejar toda su parentela e ir a un lugar que ni siquiera conocía. Esta cercanía con Dios lo catalogó como “amigo de Dios”, a tal punto que su comunión era una experiencia envidiable, tenía fe y confiaba plenamente en las promesas que Dios le había hecho.
Esta relación de familiaridad y amistad permite que Dios le revele sus planes y le da la libertad para tratar el tema de Sodoma insistiendo seis veces en favor de los habitantes de ese lugar. Entendió claramente que su llamado era a ser bendición para otros.
Quizás nos parezca inconcebible que Dios quiera tener una relación similar con nosotros. Nos eligió, nos perdonó, nos adoptó y nos hizo justos por la fe en Jesucristo. Estamos llamados a ser bendición en el lugar donde el Señor nos coloque, llamados a interceder e insistir y tratar con Dios los asuntos de los hombres, su pecado, sus problemas y todos los conflictos que los aquejan.
En el Nuevo Testamento en el libro de Santiago se nos dice: “La oración del justo puede mucho”. Qué gran bendición la que tenemos a nuestro alcance. Si tan sólo fuéramos consientes del poder que tenemos a través de la oración intercederíamos constantemente para cambiar muchas cosas a nuestro alrededor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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