Su gracia abundante
2018-06-11
1. Oración inicial
Sólo por gracia, siendo un Dios Grande y Sublime te despojaste a ti mismo, derramaste tu sangre preciosa muriendo en una cruz para redimirme, salvarme y darme tu perdón. ¡Qué muestra de amor tan grande!, ahora sólo quiero levantar mi voz para extender tu gracia a los que todavía no te conocen. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado. Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón. He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré”, Isaías 57:14-19
3. Reflexiona
Las expresiones tales como allanad, allanad, quitad los tropiezos, paz, paz, son características del corazón amoroso de Dios, que busca la reconciliación con su pueblo. Y aunque sea el Alto y el Sublime, Dios bajó a nuestro nivel para salvarnos, recordemos Filipenses 2:6-8 “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Su promesa se hizo realidad en Jesucristo.
Por eso sigue acercándose a los quebrantados de Espíritu, teniendo de ellos misericordia y vivificando sus corazones. Ha dispuesto su salvación a los que se refugian en Él. Su promesa ya está cumplida y a pesar de habitar en las alturas y en santidad sigue abriendo el camino para reencontrarse con los oprimidos por el pecado.
Dios quiere una tregua con la humanidad, por eso sus palabras están llenas de amor y condescendencia: “He visto sus caminos, pero los sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados”. A pesar de nosotros mismos, de nuestras iniquidades, nuestros fracasos y desilusiones, Él quiere perdonar, sanar, restaurar. No quiere que los hombres perezcan ante sus justas demandas sino que experimenten su salvación y bendición.
Este pasaje nos habla de la paciencia de Dios, su gracia es abundante y sigue en oferta aunque el tiempo se está acortando, su iglesia presente en la tierra debe seguir predicando el evangelio hasta que sea escuchado hasta el último rincón. Publicará la paz perfecta. Fruto de labios que oren y prediquen. Nos corresponde seguir extendiendo su gracia, dando oportunidad a los que no se han arrepentido. Es tiempo de salvación, oremos para que los que no se han convertido dispongan sus corazones para el evangelio. Sólo su decisión los hará abrigar la paz que Dios ha prometido a los que están lejos y a los que están cerca.
Él no abandonará su plan divino, ni derrotará lo comprado por la sangre de su Hijo, sigue esperando que su gracia obre sobre los hombres y los reforme. Oremos con más fervor para que los impíos dejen su camino y los inicuos sus pensamientos y se vuelvan a Dios, el cual tendrá de ellos misericordia porque es amplio en perdonar.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn