Señor, restaura nuestra nación
2018-06-07
1. Oración inicial
Amado Dios, aquí estoy delante de ti, con un corazón contrito y humillado pidiéndote perdón por mis pecados y los pecados de mi nación, ten misericordia de cada uno de nosotros y haz que nos volvamos a ti de todo corazón, entonces veremos la restauración en nuestra vida y en nuestra nación. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”, Joel 2:12-13
“si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”, 2 Crónicas 7:14
3. Reflexiona
Nuestro deber como creyentes es advertir a la gente que nos rodea de las consecuencias fatales de estar separados de Dios y viviendo en pecado. El Señor ha sido paciente con la humanidad, pero pronto vendrá y se revelará con sus juicios contra la impiedad e injusticia de los hombres.
Dios está pidiendo que nos volvamos a Él mientras haya tiempo, pues este corre vertiginosamente al final. Él quiere que los hombres se arrepientan de todo corazón y vuelvan su mirada a Él, es la única condición básica para que venga en nuestra ayuda. Cuando busquemos estar en comunión con Dios no nos faltará la esperanza en medio de las circunstancias más difíciles, pues “Dios es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia”, siempre está brindando oportunidad, puede detener el castigo o no ejecutarlo cuando ve un pueblo rendido a su voluntad, volviéndose a Él.
Esta es una exhortación al arrepentimiento y a la obediencia pero con sinceridad, con ayuno, lloro y lamento. No quiere muestras superficiales y expresiones mecánicas de contrición sino una confesión genuina, aborreciendo el pecado y buscando una transformación radical de nuestras vidas.
Nuestras naciones están en crisis espiritual, social, moral, económica y política, la corrupción y la violencia se han apoderado de todos sus estamentos. Nuestro lamento debe ser comunitario, debemos pregonar ayuno y oración, para que el Señor tenga piedad y toque nuestros corazones. Dios tiene propósitos grandes para el pueblo que se humilla en su presencia y se arrepiente de corazón. Dios puede restaurar nuestra nación, trayendo sanidad, orden, paz y prosperidad. Intercedamos los unos por los otros por la misericordia divina.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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