¿En quién o en qué pones tu confianza?

Gracias Señor porque puedo confiar plenamente en ti, saber que me sostienes en todo tiempo y que lo que dices se cumple en mi vida. Amén.

“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”, Jeremías 17:7-8

“De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.”, Hebreos 13:6

Hay situaciones que nos llevan al extremo de nuestra resistencia, al máximo de nuestra capacidad de comprensión, al límite de nuestra fuerza, pero ¿Qué diremos en ese momento? “Si Dios esta conmigo, quién contra mi”. Debemos declarar confiadamente la Palabra de Dios, porque de algo podemos estar seguros en momentos inciertos, que todo puede evaporarse como el rocío de la mañana, pero la Palabra de Dios permanece inmutable, se cumplirá y hará lo que ella dice. Así que ¿a que te aferras cuando está en una situación extrema? Esto determina el triunfo o el fracaso, si te aferras a sus promesas, declaras su Palabra tal y como está escrita, y caes de rodillas ante Dios. Con toda garantía estarás de pie ante los hombres y tendrás la fuerza para enfrentar cualquier situación por imposible o difícil que parezca, pues para Dios “no hay nada imposible”. Recordemos que no es en nuestra fuerza, ni con dinero, ni con armas o con ejercito que resolvemos los problemas, sino con su Espíritu (Zacarías 4:6), así que podemos poner absolutamente toda nuestra confianza en Dios, por medio de Jesús, y Él nos llevará por el camino correcto.