El ciego
2018-04-27
1. Oración inicial
Señor, gracias porque habiendo estado en oscuridad ahora puedo ver, porque tú iluminas mi vida, porque se han caído las escamas de mis ojos que no me permitían ver, guíame Jesús para caminar en tus principios de amor y verdad. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.” Juan 9:25
3. Reflexiona
La vida sin Jesús habitando en nuestro interior es de oscuridad total, Él es la luz verdadera que alumbra a todo hombre y solo mediante la fe en el hijo de Dios podemos recuperar la vista espiritual.
Sin Cristo, estamos completamente ciegos de nacimiento, podemos ver con nuestros ojos físicos, pero realmente ¿qué es lo que vemos?. Hay una realidad más allá de lo que vemos físicamente, que determina nuestra vida actual y nuestro destino eterno, esto es la realidad espiritual y solo se puede ver con los ojos de la fe.
Necesitamos por lo tanto un nacimiento espiritual, para ver claramente la verdad y fijar nuestra mirada en las cosas que valen la pena, en las cosas eternas. En donde ponemos nuestra mirada determina el estado de nuestras relaciones, nuestro trabajo y nuestra vida diaria. Si ponemos los ojos en las cosas pasajeras, en los problemas y no en las soluciones que trae la guía de Dios, seremos como ciegos. Si fijamos nuestra mirada en la dificultad y no en Jesús, nuestra visión es limitada y nos estrellaremos constantemente, si miramos fijamente al maestro, prestando atención a su dirección, Él nos alumbrará el camino y nuestro corazón hallará la paz.
Entonces al final, podremos decir agradecidos al ser sanados por el maestro, “solo sé que habiendo sido ciego, ahora veo”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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