Camino hacia la cruz
2018-03-30
1. Oración inicial
Señor Jesús, qué drama tan doloroso el camino hacia la cruz, la misma naturaleza se compungía en dolor y tinieblas, pues estabas redimiendo la humanidad caída, llevando a cuestas mis pecados y dándome la entrada al trono de la gracia, cómo no adorarte y darte las gracias, te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro”, Amos 8:9
3. Reflexiona
El Calvario de Jesús duró aproximadamente seis horas, comenzó alrededor de las nueve la mañana cuando Jesús fue clavado en la cruz, y al mediodía el sol se oscureció y las tinieblas cubrieron la tierra y culminó a las tres de la tarde cuando Jesús clamando a gran voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró” Lucas 23:46b
Atardecía cuando los dirigentes judíos pidieron a Pilato que los cuerpos fueran retirados de la cruz debido a que era inmediata la fiesta de la Pascua. Nicodemo y José de Arimatea, miembros del sanedrín, pidieron a Pilato el cuerpo de Jesús para colocarlo en el sepulcro. Recibieron el cadáver al que ungieron con mirra y áloes. Al tercer día las mujeres que fueron al sepulcro llevaban especias aromáticas para continuar el ungimiento del cuerpo de Jesús, pero encontraron la tumba vacía.
En esos tres días los discípulos entraron en un estado depresivo en el que se conjugaban la tristeza, el llanto y el miedo. Habían sido invadidos por una sensación de derrota definitiva.
Cuántas veces nosotros nos encontramos en el mismo estado de los discípulos, deprimidos, llenos de tristeza, llanto y miedo, pero ellos con justa causa pues su Maestro estaba muerto. Hoy no tenemos excusa de estar así, a menos que sigamos mirando a Jesús colgado en la cruz.
Antes de entregar su Espíritu al Padre pudo exclamar con firmeza que la obra de la salvación, estaba consumada. Tenemos entonces seguridad de nuestra salvación porque no descansa en nosotros sino en Cristo. Pero a la vez tenemos la responsabilidad como hijos suyos de que este mensaje de salvación llegue a todo el mundo. Evangelicemos a tiempo y a destiempo, llevemos el mensaje de Aquél que nos dio la vida por medio de su muerte en la cruz.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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