Creamos en sus promesas
2018-03-22
1. Oración inicial
Señor, dejar que nuestra fe vacile nos cierra las bendiciones que tienes para nosotros. Los que hemos elegido tener fe, podemos tener la confianza de que nos darás lo que te pedimos, o algo mejor. Enséñanos que la oración pronunciada con fe y convicción tiene un increíble poder. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.», Mateo 21:18-22
«Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.», Santiago 1:1-8
3. Reflexiona
La lección positiva que es necesaria aprender hoy sobre la higuera marchita, es entender el increíble poder de la oración cuando se hace con fe y convicción, de acuerdo con la voluntad y los propósitos de Dios. Esta oración puede cambiar por completo circunstancias que parecen inamovibles. ¿Qué clase de montañas enfrentamos? ¿Se lo hemos mencionado a Dios? ¿Cuán firme es nuestra fe?
Superar una fe vacilante requiere dos acciones: Primero, creer que el Señor es digno de confianza, es negarnos a seguir dudando del Señor. Por tanto, cree que Él es capaz de manejar nuestro problema o situación. A veces, el enemigo puede susurrarnos palabras de desaliento, de derrota, usando personas que nos rodean, o pensamientos de pesimismo que aminoran nuestra fe, es el momento de batallar y responder diciéndole que sabemos quién es nuestro Dios y que Él hará lo que promete.
Segundo, profundicemos en la Palabra de Dios y meditemos en sus promesas. Cuando lo hacemos, nuestra mente y nuestro espíritu están dispuestos a llenarse de los pensamientos del Padre celestial y comenzaremos a pensar como Él. Esto nos servirá cuando enfrentamos circunstancias difíciles que hacen vacilar nuestra fe. Es el momento de recordar las promesas de Dios y mantenernos firmes en nuestra decisión de confiar en Él. El Señor nos pide fortalecer la fe y orar de manera específica, ya que la oración ambigua o general no dice exactamente cual es nuestra necesidad. Debemos orar de acuerdo a sus promesas, esperando expectantes su respuesta.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn