Exhortación a alabar a Dios
2018-03-21
1. Oración inicial
Amado Dios, si aún lo inanimado debe alabarte y dice tu palabra que los árboles dan palmadas de aplauso, cómo no alabarte yo si tú me formaste en la palma de tu mano y para la gloria tuya me hiciste. Mi voz se une al coro celestial y junto con tu creación te alabo, pues eres digno de todo honor, honra y gloria, amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Alabad a Jehová desde los cielos; Alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus ejércitos. Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos. Alaben el nombre de Jehová; […] Alabad a Jehová desde la tierra, Los monstruos marinos y todos los abismos; El fuego y el granizo, la nieve y el vapor, El viento de tempestad que ejecuta su palabra; Los montes y todos los collados, El árbol de fruto y todos los cedros; La bestia y todo animal, Reptiles y volátiles; Los reyes de la tierra y todos los pueblos, Los príncipes y todos los jueces de la tierra; Los jóvenes y también las doncellas, Los ancianos y los niños. Alaben el nombre de Jehová, Porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos. Él ha exaltado el poderío de su pueblo; Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel, El pueblo a él cercano. Aleluya”, Salmo 148:1-14
3. Reflexiona
El rey David hace una extraordinaria descripción de la alabanza a nuestro Dios. Inicia con los ejércitos angelicales y de esas instancias celestiales, la alabanza se extiende a todo el Universo. Habla del cielo y lo que en él hay: sol, luna y lucientes estrellas. Continúa con la tierra, diciendo “Alabad a Jehová desde la tierra”.
Maravillosa progresión sobre la alabanza. Habla de la naturaleza y sigue con la humanidad representados en edades, sexos, rangos y dignidades y termina con el pueblo escogido: Israel, pero concluye con “el pueblo a él cercano”.
Hoy el pueblo cercano a Dios es la iglesia y no puede pasar por alto la importancia de la alabanza, pues para alabanza de su nombre fuimos creados. Nuestra vida tiene el propósito de adorar y alabar a Dios desde ahora y por la eternidad, pues estaremos glorificando su nombre en el cielo. El apóstol Juan nos muestra cómo será la alabanza en los estrados celestiales y dice: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. (Apocalipsis 5:11-12)
Estamos llamados a contemplar su hermosura, su señorío y esplendor, y exaltar su nombre, y la grandeza de su gloria. Dice la Biblia: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”, Apocalipsis 4:11
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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