Perdonaos unos a otros. 1 parte
2018-02-25
1. Oración inicial
Amado Padre, quiero vestirme como escogido tuyo, con corazón humilde, lleno de bondad y misericordia, reconociendo que te he ofendido a ti y a los que me rodean, por ello te pido perdón y así tener la capacidad de reconciliarme con quienes he disgustado. Gracias Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros», Colosenses 3:12-13
3. Reflexiona
No es fácil hablar sobre el perdón cuando hemos sufrido traiciones, cuando las personas en las que hemos confiado han fallado, cuando nos han vituperado, cuando somos acusados injustamente de algo que no hicimos, pero la voluntad de Dios es que debemos perdonar.
El apóstol Pablo les dice a los Colosenses que deben vestirse como escogidos de Dios, que se perdonen unos a otros, esto los hace identificar ante el resto del pueblo no cristiano.
Hace falta a la iglesia de hoy el PERDON, pues se ve mucho resentimiento en el corazón de los congregados. El no perdonar trae angustia, desesperación, frustración, amargura y resentimiento, y por el contrario, perdonar nos trae paz.
Iniciar el proceso de perdonar es reconocer que Dios nos perdonó a nosotros primeramente y debemos liberar a la persona de la deuda u ofensa como si nunca nos hubiere ofendido. Miremos a nuestro prójimo como instrumento de crecimiento y busquemos siempre reconciliarnos.
Perdonar es recordar sin que nos lastime nuevamente lo sucedido, y no sentir deseos de venganza, ira, o resentimiento.
La Biblia nos dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; […] No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:18-21
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn