Bendecir a quienes nos hieren
2018-01-07
1. Oración inicial
Señor Jesús, enséñame a vivir en bendición siguiendo tu ejemplo, devolviendo bien por mal y bendiciendo a todos aquellos que me hacen daño. Pon guarda en mi boca para no contestar con amenazas ni insultos, sino con mansedumbre dando testimonio siempre de tu amor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala”.1 Pedro 3:8-11
3. Reflexiona
A veces las personas se preguntan por qué los cristianos tenemos tanta esperanza, la verdad es que la resurrección de Cristo nos garantizó un futuro y una vida llena de ésta. Sin embargo, tenemos que entender que vivir una vida piadosa encierra también sufrimiento y Jesús fue nuestro máximo ejemplo. El Señor, a través del apóstol Pedro, nos invita a vivir piadosamente y a responder al mal con bien. Que bendigamos cuando somos agraviados y que no respondamos con amenazas cuando nos hieren o insultan.
Todos anhelamos amar la vida y ver días buenos, pero esto implica vivir de tal manera que aun los que no creen den gloria a Dios por causa de nuestro testimonio. Debemos rehusar vengarnos de los que nos persiguen y atacan y bendecir a los que nos insultan, buscando siempre la paz. Esto humanamente no es fácil, pero si queremos reverenciar a Dios debemos permitir que el Espíritu Santo nos ayude a crecer en su fruto y a cultivar especialmente la mansedumbre y la gentileza que son cualidades que sólo nacen de un corazón totalmente rendido a Cristo, que entiende que es mejor padecer haciendo el bien que haciendo el mal.
A todo el que vive de esta manera Dios le ha prometido disfrutar de bendiciones en su caminar diario en esta tierra y en la vida venidera. Porque sus ojos están sobre sus hijos para guardarlos en seguridad y sus oídos siempre atentos para escuchar sus peticiones. 1 Pedro 3:1 “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones”.
Nada de esto puede ser posible si no llevamos una vida de obediencia, donde hagamos la voluntad de Dios de acuerdo con su Palabra. La gracia de Dios puede transformar nuestro sufrimiento en gozo y bendición.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn