La religiosidad nos aleja de Dios
2018-01-06
1. Oración inicial
Señor abre mi corazón para que siempre te vea en todo lugar, en todo tiempo, en todas las formas en que tú escoges para manifestarte, en todas las circunstancias y sobre todo, que te sienta en mi corazón donde viniste a morar desde el día en que creí y te recibí. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros”. Hechos 17:24-27
3. Reflexiona
¿Cuántas veces hemos sentido que hemos perdido a Dios? Creemos que hemos dejado de percibir su presencia y tratamos de buscarlo en ciertos lugares o esperamos verlo u oírlo en formas particulares. Nos olvidamos de lo que dice su Palabra: Dios es mucho mayor que nuestras mentes finitas y que nuestros conceptos limitados sobre Él, lo que nos impide percibir que siempre está presente.
Muchas personas son religiosas pero pueden estar ignorando al verdadero Dios. Por eso, levantan ídolos por temor a perder bendiciones o recibir algún castigo. Hoy se puede decir que la mayoría de la sociedad es “cristiana”, pero la verdad es que muchas personas no conocen verdaderamente a Cristo y buscan respuestas espirituales en religiones, ritos, ceremonias y adoración a ídolos, para llenar su vacío espiritual.
Necesitamos proclamar como lo hizo Pablo, que el Dios Verdadero envió a su Hijo unigénito a morir por la humanidad. Él está más cerca de los hombres de lo que ellos se imaginan. Un Dios que no habita en templos hechos por manos humanas sino que mora en el corazón de los que creen y lo aceptan como su Dios Vivo y personal. Él es el mismo creador del universo y el dador de todo. Por eso desde un comienzo se ha dado a conocer para ver si de alguna manera los hombres lo encuentran. La dificultad en hallarlo radica no en que Él esté lejos, sino en cuán distantes están los hombres de Dios por el efecto cegador del pecado.
Aunque cada día las filosofías humanas hacen al hombre más egocéntrico y la idea de una vida eterna y espiritual les parezca utópica, Jesús sigue acercándose a las personas para ofrecerles salvación y transformar sus vidas.
Así como el Dios desconocido que ya tenía un lugar en el panteón de Atenas se haría conocer a través de las enseñanzas de Pablo, hoy debe ser predicado por nosotros sus hijos con la misma tenacidad y decir como él dijo: “porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio”. (Hechos 17:23)
Dios no se ha olvidado del mundo, y no teniendo en cuenta la ignorancia espiritual de hoy, anhela que todos los hombres se arrepientan a través de la obra que Jesús ya hizo con su muerte y resurrección. Él está presente ofreciendo esperanza y salvación al que está perdido, a través de su iglesia y a través de nosotros, por eso no dejemos de proclamar que es el Dios verdadero y el Salvador.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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