Nuestra fe ha vencido el mundo
2018-01-04
1. Oración inicial
Amado Dios, abre mis ojos para ver la pobreza espiritual en que vive el mundo y compararla con toda las riquezas en gloria que me has dado por medio de Jesucristo. Que esto me motive a conocerte, amarte y obedecerte cada día más. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. 1 Juan 5:4
3. Reflexiona
Hay una relación entre la fe, el amor y la obediencia. Cuando nacemos de nuevo y creemos en el Señor Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, esa fe nos conduce a tener una relación de amor con Dios que nos capacita para amar a otros y para obedecer sus mandamientos. Nuestra fe es la que trae victoria sobre el mundo.
Todo el que es nacido del Espíritu y comienza a conocer a Cristo, puede comprender que no hay más alternativa que la obediencia, porque esta es la primera evidencia de nuestro amor por Él. Si lo conocemos, empezaremos a amarlo y a seguir su ejemplo.
No es fácil vivir en el mundo como creyentes, porque todos los días somos seducidos por éste, para que volvamos a nuestra antigua condición de pecado y esclavitud. Sólo el Espíritu Santo nos puede mostrar la pobreza espiritual en la que vive el mundo y nos da la motivación para vencer cualquiera de sus tentaciones. El Espíritu Santo también revela la plenitud de nuestra herencia en Cristo, todo lo que hemos ganado al ser libres por Él. Podemos ver claramente toda la pobreza que ofrece el mundo: los deseos de la carne, la vanagloria de la vida, los deseos de los ojos, que son cosas temporales que satisfacen momentáneamente, pero que no nos conducen a la eternidad.
No debemos sacrificarnos y poner nuestros sentidos en todo aquello que fomente los apetitos de la carne, la ambición, la codicia y nos conduzca al orgullo y a separarnos de Dios. El espíritu del mundo está en oposición a Dios y tratará de cautivarnos para que nos alejemos de Él. Cuando determinamos permanecer firmes en la fe, el mundo pierde su control sobre nosotros y comenzamos a vivir en victoria guiados por el Espíritu.
Nuestra confianza debe basarse primero en el testimonio del Espíritu de Dios en nuestras vidas que nos revela la Palabra y su voluntad para nosotros, y segundo en una obediencia creciente. El verdadero amor se demuestra en el esfuerzo por cumplir la voluntad de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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