Obedecer

Padre, quiero obedecerte, seguir tus principios por el amor que ha sido derramado en mi corazón gracias a la fe en Jesucristo, guíame para agradarte en todo. Amén.

“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.” Levítico 18:1-5

Dios nos enseña que la obediencia a su Palabra es la demostración de que andamos en amor, es decir, amamos a Dios por eso obedecemos lo que Él dice; esto lo confirma 1 Juan 2:5: “Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en Él”, pero nos aclara que “El que dice que permanece en Él, debe andar como él anduvo.” (v. 6), así que guardar su Palabra no solamente se trata de memorizarla, sino de ponerla por obra.
Esto implica no seguir las costumbres del mundo que están en contra de los principios bíblicos, no imitar su conducta, ni sus prácticas; Dios aclara “No haréis como hacen”, puesto que el ser humano aprende básicamente con el ejemplo, y si seguimos un ejemplo malo ¿cómo será nuestra vida?
Debemos seguir el ejemplo que nos dio Jesús, como Pablo escribió “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11:1); tenemos un modelo perfecto que siempre nos demostró su actitud de obediencia en amor y perfecta dependencia del Padre, Él mismo declaró “…No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” (Juan 5:19).

Por lo tanto, hagamos como hace Jesús y no como hace el mundo con sus costumbres y principios contrarios a la Palabra de nuestro Dios, así seremos verdaderamente hijos obedientes y llenos de bendiciones.