Las armas de nuestra milicia. Parte 3
2017-08-20
1. Oración inicial
Señor, eres mi proveedor, mi Dios que me sustenta en mis necesidades espirituales y materiales, gracias porque con Cristo en mi, lo tengo todo. Amén
2. Lee la palabra de Dios
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;”
2 Corintios 9:7-9
3. Reflexiona
Otra arma poderosa es la ofrenda, ya que el Señor Jesús dijo “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35); cuando somos generosos demostramos lo que hay verdaderamente en nuestro corazón, servimos a Dios directamente, pues ha prometido que toda generosidad será pagada por Él mismo (Proverbios 19:17). El promete multiplicar (2 corintios 9:10) y mantener llena nuestra provisión (Proverbios 3:9) si lo honramos acordándonos de Él. Cuando somos generosos en todo aspecto y con todo el que necesita, y cumplimos con nuestras prioridades espirituales, ayudando en la congregación (Gálatas 6:10). Dios que conoce las intenciones de nuestro corazón, nos provee abundantemente. Dios no escatimó ni a su propio hijo, Él no da poco, siempre da medida buena, apretada, remecida y rebosante (Lucas 6:38) cuando somos generosos al dar.
Este es un principio que nos mantiene protegidos del maligno, que es un ladrón y nos roba, ya que al alejarnos de la avaricia y del egoísmo somos capaces de compartir lo que Dios nos da, ejecutando una correcta administración de los bienes que nos ha encargado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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