Si retrocediere, no agradará a mi alma

Señor Jesús, tu eres nuestro fiel amigo, haznos fieles también, en medio de las pruebas, llénanos de constancia, perseverancia, paciencia y firmeza para mantenernos en pie en medio de las circunstancias difíciles, no nos dejes retroceder, para agradarte ,sabiendo que nuestra confianza eres tu.

«No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe», Hebreos 10:35-39

La paciencia es algo difícil de tener en medio de los problemas que parecen insolubles. La paciencia viene del griego «hupomone» que significa constancia, perseverancia, sobrellevar, firmeza, mantenerse, sufrimiento con paciencia. La palabra combina hupo, «debajo», y mone «permanecer». Describe la capacidad de continuar en pie bajo circunstancias difíciles, resistentes ante los inconvenientes y el fracaso.
En este pasaje, el Señor nos exhorta a no perder la confianza que tiene un gran galardón, cuando nos hallamos en diversas pruebas, recordando que Jesús viene pronto y que quiere que nos llenemos de esa tolerancia que aguarda, o “perseverancia perdurable”; y que se traduce en “espéralo”, para obtener el galardón prometido que es la vida eterna y la dicha de alcanzar por la fe y el amor, la promesa de estar con Él. Como dice: «Porque aún un poquito y el que ha de venir vendrá y no tardará».

Que las aflicciones no nos hagan retroceder, como se dice: «atrás, ni para tomar impulso». Es tiempo de poner nuestros ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe y seguir adelante, porque no somos de los que «retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación de nuestra alma».