Adorar a Dios es acercarse a Él.
2017-05-14
1. Oración inicial
Amado Señor, hoy quiero pedirte perdón si mi relación contigo ha dejado se ser sincera, si he estado frío y distante. Quiero presentarme ante ti como un sacrificio vivo, santo y agradable a tus ojos. Quiero rendir mi corazón y adorarte en espíritu y verdad. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”. Isaías 29:13
3. Reflexiona
A través del profeta Isaías, Dios se queja de la relación que su pueblo tiene con Él. Una relación fría y distante; donde el cuerpo está presente pero su corazón está lejos de Él. Es una relación hipócrita con Dios, la misma que Jesús les dijo a los fariseos y escribas de su época. El culto externo lo rendían de una manera mecánica y sin sinceridad ante Dios.
El Señor también quiere dirigirse a nosotros a través de este versículo, nosotros también podemos ser hipócritas, cuando caemos en la rutina de formas en nuestro andar con Dios y descuidamos nuestra devoción y amor al Señor.
La razón de la ceguera espiritual de muchos es que la Palabra de Dios se ha petrificado en una religión basada en mandamientos de hombres y en formas litúrgicas repetidas de memoria. “Este pueblo… me honra sólo con sus labios, pero su corazón está lejos de mí”. Si nuestro corazón está lleno de su temor y de su amor, nuestros labios hablarán lo que hay en él. Lastimosamente para muchos la religión es de labios para afuera. Cuando pretenden hablar a Dios están pensando infinidad de cosas necias y lo adoran conforme a sus ideas.
La adoración se vuelve algo formal, solo para cumplir con la costumbre. Si queremos ser realmente sus hijos, debemos ser obedientes y adorarle en espíritu y en verdad.
Revisemos nuestra relación con Dios y arrepintámonos si hemos caído en hipocresía, Acordémonos de los principios básicos de la vida recta, que Jesús nos enseñó y rindamos nuestro corazón, ofreciéndonos en sacrificio vivo y santo, agradable a Él. La palabra “vivo” nos recuerda que somos personas vivas para Dios en Cristo Jesús. Toda nuestra vida cristiana debe ser un acto de adoración a Dios todos los días.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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