Pedido de protección
2017-05-03
1. Oración inicial
Dios misericordioso y bueno, protege mi boca de hablar con enojo, engaño o calumnia. Guarda mi corazón para que mis pensamientos no estén cargados de odio y de venganza contra otros. Guarda mis palabras, pensamientos y hechos para no andar en los caminos de maldad, que mi oración sea un perfume grato para ti. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde. Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites”. Salmo 141:1-4
3. Reflexiona
David era un hombre de ferviente oración, anhelaba con urgencia la presencia de Dios y quería que su oración fuera una ofrenda grata para Dios, por eso se preocupaba por hablar cuidadosamente. Una oración pura dirigida a Dios, que correspondiera con un corazón limpio de venganza hacia los que le hacían daño, a los que le atacaban con palabras. Cuando estamos en la misma situación, nos sentimos tentados a responder con rabia y rencor; y podemos expresar deseos malos. Debemos estar pendientes de las palabras con que nos dirigimos a Dios respecto de otros. Que los dichos de nuestra boca y la meditación de nuestro corazón sean gratos delante de Dios.
El apóstol Santiago fue muy claro al decir que la lengua es un miembro pequeño, pero puede hacer mucho daño, cuando no sabemos controlarla. Como David debemos pedir a Dios sabiduría para hablar. Pidamos al Señor que nos guarde de hablar algo malo, aún en los momentos donde otros nos afligen o acusan. Jesús mismo guardó silencio ante sus acusadores. Siempre nuestras palabras deben honrar el nombre de nuestro Dios.
Debemos pedir también que guarde nuestro corazón, que ningún deseo malvado nos domine, que nos aleje de la tentación, que nos cambie desde adentro, ahí donde se anidan nuestros deseos. La oración de David es un clamor urgente de un corazón en peligro de caer en la maldad. Por eso la oración y adoración constantes son nuestra protección.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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